¿Cómo podemos generar compromiso?

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¿Cómo podemos generar compromiso?

  • Publicado el 09.Feb.17
  • por Raquel Ruiz

Nuestro cerebro busca indicios que correspondan a sus expectativas y sin embargo ignora señales que la contradigan.

Cuando estoy en un estado de ánimo crispado busco crispación, por lo que me acercaré a las personas que estén en un estado similar al mío, en cambio cuando estoy en un estado de ánimo dialogante, seguramente me acercaré a otras personas. Aunque no seamos conscientes de ello.

Realmente lo que buscamos es darnos la razón, es decir, cumplir la expectativa que hemos anticipado.

Estamos además acompañados de nuestros filtros, creencias y expectativas que nos marcan el camino.

Cuando mis expectativas y las de la empresa son dispares, comienza el conflicto interno.

¿Cuántas personas conocemos que mantienen conflicto con la empresa, que se quejan de manera constante… y solo queda esperar ser compensados por salario, estatus, promoción…?

Para que haya coherencia empresarial las expectativas deben ser compartidas

Continuamos con creencias que nos pesan, y nos limitan a abrir paso a los cambios que se están produciendo a nuestro alrededor.

¿Cuántas creencias existen en las empresas, y cuántas creencias tenemos sobre las empresas?

Creencias como: las personas solo se mueven por dinero, las personas prefieren un trabajo rutinario, y no tener que decidir, las personas prefieren no tomar decisiones y que sean otros quienes las tomen, las personas les motiva el estatus, los directivos piensan, y los trabajadores actúa, el castigo es el recurso, el éxito es cultivar el ego, las empresas no valora, los directivos ganan mucho y saben poco…

La neurociencia nos aporta múltiples respuestas a muchas cuestiones, además estamos viviendo una transformación digital, y las nuevas generaciones buscan otros motivos en el trabajo.

Las empresas han buscado diferenciarse por el capital intelectual, han buscado como medirlo, han buscado que es la motivación e incentivar:  vía salario, evaluaciones, encuestas, datos…

¿Pero las creencias han cambiado?

Parece como si estuviéramos en un bucle que se retroalimenta, el trabajo aporta salario para vivir, y a cambio aporto trabajo. Cuando estoy desmotivado solicito salario, que me motivará durante un tiempo, pero al que me acostumbraré rápido, y volveré a estar desmotivado.  

Según una investigación de Galley solo el 13% de las personas está comprometida con la empresa.

Dato que llama la atención, si no hay compromiso no hay rendimiento, porque no hay motivación, no hay motivo para dar más de lo que doy.

¿Qué tiene que pasar para que nos comprometamos y cumplamos las expectativas?

Nos comprometemos cuando realmente la acción está conforme a nosotros, nuestras creencias y nuestros valores.

Nos comprometemos cuando existe un propósito, un para qué, en el que la contribución aporta.

Nos comprometemos cuando existen retos.

Nos comprometemos cuando creamos algo.

Nos comprometemos cuando el ambiente es adecuado a la situación.

Nos comprometemos cuando soy parte de algo más.

Nos comprometemos cuando sientes que otros te ven, te escuchan.

Nos comprometemos cuando otros aportan.

Nos comprometemos cuando te sientes útil.

Nos comprometemos cuando siento que hago algo especial…

¡Nuestro sistema de recompensa se activa, y nuestra dedicación, esfuerzo,  y alto rendimiento también!

                                          ¡Cambiemos creencias y generemos compromiso!