¿Es el cerebro de un líder optimista diferente?

La neurociencia no solo ha demostrado que existe una correlación entre las personas optimistas y las personas más sanas y felices, sino que también son más eficaces a la hora de liderar a un grupo de personas. 

El cerebro humano ha evolucionado para que procesemos la información negativa más rápidamente que la positiva. Esto significa que cualquier acontecimiento que nos cause estrés o miedo tendrá un impacto mayor que otra que sea de nuestro agrado y nos de satisfacción. Por ello, las personas optimistas, aquellas que ven el vaso medio lleno tienen un cerebro diferente a las personas que ven el vaso de otra forma.

El optimismo no solo reduce el estrés, sino que favorece la producción de la dopamina. Este neurotransmisor nos hace sentir más felices, aumenta nuestra motivación y la confianza en nosotros mismos. Por ello, los líderes optimistas se adaptan mejor a una situación inesperada porque tienden a identificar con mayor precisión las causas del problema. De este modo, el optimismo mejora la toma de decisiones y la resolución de problemas. 

Hay ciertas personas que les resulta más fácil adoptar un pensamiento más positivo, pero todos tenemos días malos. En esos días malos, cuando ocurre algún imprevisto es fácil quedarse estancado en un estado negativo. Los mejores líderes, reconocen y aceptan las consecuencias negativas del acontecimiento e intentan cambiar su estado emocional para resolver el problema de la mejor manera posible. 

Cuando estamos en un estado positivo, pensamos con mayor claridad y actuamos con mayor determinación. Si quieres cultivar el optimismo en tu vida, puedes hacerlo a través de la gratitud. Esto se debe a que cuando sientes gratitud por algo o alguien, no puedes sentir emociones negativas porque son totalmente incompatibles.

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