Fatiga de decisión

La fatiga de decisión describe cómo nuestra capacidad para tomar buenas decisiones empeora a medida que vamos tomando decisiones a lo largo del día. 

Después de un largo día de trabajo en el que has tenido que tomar muchas decisiones, llegas a casa agotado. Quizá quieras ir al gimnasio y hacer ejercicio o cocinar una cena saludable, pero tu cerebro prefiere tomar una decisión más fácil, tirarte al sofá y mirar el móvil o pedir comida a domicilio.

Una de las razones por las que hacemos cosas poco saludables o improductivas se debe al agotamiento mental acumulado tras tomar demasiadas decisiones. Disponemos de una cantidad de energía limitada en un día, por lo que cuantas más decisiones tengamos que tomar, peor será nuestra capacidad para reflexionar críticamente y tomar una buena decisión. 

Cuando estamos fatigados mentalmente es más probable que evitemos tomar una decisión completamente. Por ello, debemos priorizar las primeras horas del día para tomar las decisiones más importantes, debido a que es el momento que mejor concentración y energía tenemos.

Reducir el número de decisiones innecesarias nos ayudará a minimizar el impacto de la fatiga de decisión. Si creamos rutinas, tendremos menos decisiones que tomar de manera consciente en nuestro día a día. Un ejemplo, sería realizar una actividad a la misma hora todos los días o planificar horarios específicos para hacer tus diferentes actividades. 

Cuando estamos continuamente tomando decisiones, sobrecargamos nuestra mente. Si nos tomamos los fines de semana para descansar de verdad o pequeños descansos a lo largo del día, podemos reducir la fatiga en nuestro proceso de toma de decisiones.

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