Ilusión del control

La ilusión del control se refiere a la tendencia de creer que tenemos un mayor control y capacidad de influencia sobre las cosas del que realmente tenemos. 

Aunque sabemos racionalmente que hay situaciones en las que no tenemos el control, sentimos que siempre podemos hacer algo para influenciar en el resultado. Por ejemplo, cuando jugamos a un juego basado completamente en el azar, pensamos que si tiramos los dados de una manera específica, tendremos más posibilidades de que salga la tirada que queremos, aunque realmente no tenga ningún impacto la forma en la que tiramos los dados con el resultado final.

Creer que tenemos el control sobre lo que nos ocurre, aunque no siempre sea del todo cierto, es imprescindible para nuestra salud mental. Lo contrario de la ilusión del control es la indefensión aprendida, que describe cómo si experimentamos situaciones en las que no podemos cambiar nada, empezamos a sentir que no tenemos el control de nuestra vida. Cuando perdemos esa sensación de control, dejamos de intentar diferentes estrategias para llegar al objetivo que queremos conseguir. 

Por ello, tenemos una necesidad psicológica de sentir que tenemos el control ante cualquier situación, incluso en situaciones en las que realmente no tenemos ninguna capacidad de influencia. Si la indefensión aprendida hace que nos rindamos más rápidamente cuando nos enfrentamos a obstáculos, la ilusión de control puede influenciarnos a tomar una mala decisión que podríamos haber evitado fácilmente. 

Para evitar la ilusión del control, tenemos que reflexionar profundamente sobre el verdadero impacto que podemos lograr con las diferentes acciones que tomemos. Si basamos nuestras decisiones en datos concretos, en vez de nuestras emociones o nuestro instinto, tendremos más posibilidades de tomar una mejor decisión.

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