¿Por qué el dinero no motiva a tus empleados?

Edward Deci es profesor de psicología en la Universidad de Rochester. En 1969, Deci dividió a los participantes en un grupo experimental (Grupo A) y un grupo control (Grupo B) para hacer un estudio sobre la motivación en las personas. Hubo 3 sesiones. El proceso fue el siguiente:

Los participantes se sentaban, y en las mesas había varias piezas que debían ensamblar para replicar los puzzles que les habían asignado. El ejercicio era observado por el profesor y cronometrado. 

• En la primera sesión los dos grupos tenían que completar los puzzles. 
• En la segunda sesión tenían que hacer lo mismo pero con otros dibujos, y además les dijo al grupo A que les pagaría $1 por cada construcción exitosa, mientras que al Grupo B no se les dijo nada. 
• En la tercera sesión tuvieron que realizar nuevos puzzles pero sin compensación a ningún grupo.

Cada vez que completaron ambos grupos dos de las tres configuraciones, el experimento se paraba, el profesor salía de la sala, y le aportaba un cuarto puzzle. Les decía que tardaría y que hicieran lo que quisieran, y observaba si continuaban creando nuevas configuraciones para el tercer puzzle durante los 8 minutos de ausencia.

• El primer día ambos grupos probaron nuevas configuraciones con las piezas durante 4 minutos aproximadamente. 
• El segundo día, el grupo A dedico un minuto más que el B 

¿sabes por qué? Acuérdate de que podrían ganar algo de dinero….

• Y el tercer día los miembros del grupo B, jugaron más tiempo. Y el grupo A solo estuvo durante 3 minutos. Dos minutos menos que el segundo día, y un minuto menos que el primer día. 

Este estudio, nos muestra que las recompensas monetarias pueden servir como incentivo a corto plazo. Pero el efecto desaparece y, peor aún, puede reducir a largo plazo la motivación de una persona para continuar el proyecto. Es más, una vez implementadas no se pueden suspender nunca ya que su ausencia deteriora la motivación de los empleados.

En algunos casos, las recompensas pueden transformar una tarea interesante en trabajo, disminuyendo la motivación, mermando el rendimiento. Antes de recurrir al dinero, confía en el deseo natural de tus equipos de participar y aportar valor, y pregúntate cuáles son los grandes retos inherentes a tu compañía que les podrían motivar.

¿Qué nos dice? Que las recompensas monetarias pueden servir de incentivo a corto plazo.

El efecto desaparece, y puede reducir a largo la motivación.

¡Cuidado! que incluso puede que acabe produciendo una disminución de la motivación y merme el rendimiento.

• Acuérdate siempre en generar retos a tus equipos, aportarles confianza y autonomía, y valor a su trabajo.
• Conoce la motivación de tus empleados para mejorar su experiencia, rendimiento y productividad.

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