Hoy Silvia Monterde quiere compartir «Antes y después»

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Hoy Silvia Monterde quiere compartir «Antes y después»

  • Publicado el 02.Feb.21
  • por Raquel Ruiz
Hoy Silvia Monterde quiere compartir «Antes y después»

Si empezara diciendo que todos y cada uno de nosotros somos distintos quizás ya hubieras dejado de leer.

Eso ya lo sabemos. Somos únicos y especiales. Pero no os hablare de eso, porque no creo que sea del todo cierto.
Por fortuna compartimos un sinfín de sentimientos, sueños y anhelos gracias a los cuales podemos conectar con los demás.

Hoy quiero contaros sobre un lazo poderoso que nos une, algo que todos y todas aún de manera inconsciente hemos experimentado.

Quiero hablaros del “antes y después”, de ese punto de inflexión en el que te das la vuelta, o te empuja a seguir adelante. Este que os voy a contar es un antes y después de los grandes, de esos que no se olvidan.

Siguiendo la rutina de los últimos 10 años, cogí el metro a esas horas que deberían estar prohibidas, y una hora después me escupiría en la entrada del trabajo. Esa mañana concretamente ideaba un plan de huida con múltiples vías de escape hacia una vida más satisfactoria, la vida que me merecía como ser único y especial.
En esas me encontraba mientras observaba a cada uno de mis compañeros en la rutina, cuando de pronto percibí una tristeza inmensa en sus caras, también vi resignación y apatía. Yo me preguntaba qué les podría haber ocurrido, me planteaba si simplemente sería el sueño, o la falta de él.

La sensación de pesadumbre era casi tangible y aquel vagón me llegó a parecer una sala de espera infinita.

Estaba el señor que miraba al vacío, la chica con el libro que no leía, la señora que agarraba el bolso como si protegiera con ello su vida y esa chica de rostro familiar, tal vez fuera una compañera nueva de trabajo.

Parecía ausente, como si la hubieran apagado. OFF. Así que supongo que no me vio. Me acerqué un poco más para intentar animar un poco el trayecto hasta que llegásemos a nuestro destino.

Fue entonces cuando se paró el tiempo, mi mundo y hasta la sangre de mis venas. Fue cuando llegó mi antes y después. Porque ese rostro era yo. YO.

Por primera vez me vi con distancia y me dolió ver cómo yo, que me creía mi propio potencial, sumaba tristeza al vagón.

Esa misma noche, cuando todos dormían ya, decidí que cambiaría mi plan de huida por algo más amable. Empecé mi plan de reencuentro.

Escrito por Silvia Monterde, desde RÉTATE solo podemos expresar nuestro agradecimiento por compartir con tod@s nosotr@s y vosotr@s algo tan especial. !GRACIAS!

 

 

 

 

 

Silvia Monterde