- 21
- Nov
Mitos que nos condicionan
Hemos creído que solo utilizamos el 10% de nuestro cerebro, o creemos que el lado derecho o izquierdo de nuestro cerebro es más creativo o más racional, como si su funcionamiento fuera por partes. Pero este segundo mito lo dejo para otro día.
¿Qué nos han hecho pensar y creer estos mitos? Cada uno corresponde a una época, y cada uno tiene su propio por qué.
Si utilizamos solo un 10% del cerebro quiere decir que podemos utilizar más y más, y que tenemos un «lado oscuro» que seguro alguien o algo nos puede ayudar a descubrir, desarrollar etc.
Detrás de estos mitos hay sectores que quieren, que están interesados, en que se mantengan. Libros de autoayuda, o campañas de publicidad, argumentos de venta de servicios o producto…
En los años 90 Uri Geller sostuvo que los poderes psíquicos residían en el porcentaje inexplorado. Uri era capaz de doblar cucharas con la mente…”era privilegiado”
Por tanto, solo si eres un/a “privilegiado/a” tienes capacidades que corresponden a ese 90% al que solo ellos/as tienes acceso, algo paranormal. Y algo muy poco probable que lo alcances, sin ayuda, y frustrante…
Si buscamos el origen del mito lo vemos en el padre de la psicología modera William James, que dijo en una conferencia “El hombre normal sólo utiliza un 10% de sus facultades psíquicas latentes” queriendo decir que, en los quehaceres diarios, no se usan los recursos mentales por falta de desarrollo o entrenamiento, pero no que solo se use una parte del cerebro.
La idea de que algunas áreas están inutilizadas, no tiene sentido, pero aun así nos lo creemos.
Tal vez, que se perpetúe esté relacionado con tener el sueño y la esperanza de que esa parte oculta despierte.
Pero ¿cómo vamos alcanzar lo que no es posible o lo que no existe?
Como siempre la realidad supera la ficción, nuestro cerebro es un todo, cuando esta despierto y dormido.
Ahora que sabemos que es un todo, y que no hay «privilegiados» podemos trabajar con nuestro cerebro, y entrenarlo.
Aquí tenemos el reto, conocerlo, entrenarlo y dirigirlo hacia nuestros objetivos, hacia nuestros propósitos, hacia nuestros sueños aportando bienestar y felicidad, y sin duda eficacia.